Departamento de Letras
Departamento de Estudios Literarios

Presentación de la revista I Criterios para publicar I Cintillo legal I Consejo Editorial I Directorio I Números anteriores I Contacto

Convocatorias I Objetivos I Comité de evaluadores I Declaración de Acceso Abierto I Declaración de ética y mala práctica editorial

El valle de pendejadas.

Ernesto Juárez Rechy

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.

Un día nos separaremos
y será tan pendejo como el autobús que no se detuvo,
como un mal paso que golpea el estómago,
como el accidente que causó la lesión crónica,
como la muerte en un bostezo o una carcajada;
yo no te buscaré por no ver el do not disturb,
también a mí me ha mordido el miedo;
que debí insistir dirá alguien cansado
y yo pensaré en que no te vio la última vez;
con los años asumiremos algo
completamente distinto de aquello que nos hizo pelear,
los recuerdos, las asunciones serán falsos,
artimañas de un mal jugador de futbol,
nuestras conversaciones, nuestros acuerdos, nuestras prácticas, lo que aprendimos,
todo el trabajo preciso para el que nos desnudamos las manos,
se volverá un resentimiento sordo, una duda demasiado vaga para investigar,
dejaremos de ser lo inteligentes que éramos, porque estaremos separados,
no sabremos hallar lo que nos juntó;
con letras ciegas y cubierto de arrugas,
nada más que un recibo olvidado,
seremos las desorganizadas masas, las incontrolables masas que no esperan, que no se forman, que se brincan la fila de las dudas, que no respetan los lugares reservados a las mujeres embarazadas o los ancianos, que huyen despavoridas y aplastan a los niños o a los que tropiezan,
la orina en el borde del inodoro, la mancha de grasa en la camisa blanca, la hoja sin imprimir en el libro que ya no podemos cambiar,
tan torpes como los que le rechazaron la tesis a Walter Benjamin,
el llanto derrotado de quien no encontró ayuda ni alivio entre todos los graduados de medicina ni psicología,
un robo tan grande como los que han devaluado países enteros,
y aun así a la gente no le importará,
recordaremos algo muy importante cuando estemos lo suficientemente lejos y cansados como para regresar por ello.

Hoy todavía,
este luto mío,
me hace sentir vivo,
percibo en el ambiente la diferencia entre sin ti y contigo.
Por haber sido refugio, sostén, apoyo, el beso que evitaba que el vaso se derramara,
multiplicación de los panes y de la alegría,
quiero dejar constancia de que si, cuando vuelva a leer esto mañana, lo de hoy es un misterio,
nuestra existencia compartida fue para mí una certeza clara.

Sitio elaborado por: