Departamento de Letras
Departamento de Estudios Literarios

Av. de los Maestros Pta. 3, esq. Mariano Bárcena
Edificio "M", Planta alta. Col. La Normal. C.P. 44260
Guadalajara, Jal., México. CE: argos.cucsh@gmail.com
e-ISSN: 1562-4072
Volumen 8, número 21  / Enero-Diciembre 2021  
        UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA    
    Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades    

Presentación de la revista I Criterios para publicar I Cintillo legal I Consejo Editorial I Directorio I Números anteriores I Contacto

Convocatorias I Objetivos I Comité de evaluadores I Declaración de Acceso Abierto I Declaración de ética y mala práctica editorial

 
                    Regresar    
 

La sociedad del rendimiento en Estupor y temblores de Amélie Nothomb.

The achievement society in Fear and trembling by Amélie Nothomb.

Mauricio Simón Rumualdo Ávila
Escuela Nacional de Antropología e Historia
(MÉXICO)
CE: mauricio.rumualdoav@gmail.com
ID ORCID: 0000-0003-3452-2467


Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.

Recepción: 06/10/2020
Revisión: 03/11/2020

Aprobación: 25/11/2020

 

   
 

Resumen:
Este artículo se trata de un estudio acerca de la presencia de la sociedad del rendimiento del filósofo surcoreano Byun-Chul Han en la novela autobiográfica “Estupor y temblores” de Amélie Nothomb. La finalidad de este trabajo es demostrar la presencia de algunas características de la sociedad del rendimiento dentro de la novela de Nothomb a pesar del distanciamiento temporal y espacial del libro, que se ambienta en Japón a inicios de los años 90. También se pretende mostrar el papel activo de la protagonista del libro como oposición a las concepciones de explotación y autoexplotación laboral de la sociedad del rendimiento.

Palabras clave:Sociedad del rendimiento, Estupor y temblores, Amélie Nothomb, Byung-Chul Han.

Abstract:
This article is a study about the presence of the achievement society by the surcorean philosopher Byung-Chul Han in the autobiographical novel “Fear and trembling” by Amélie Nothomb. The porpuse of this work is to demonstrate the presence of some characteristics of the achievement society inside the novel of Nothomb despite of the temporary and espacial distancing of the book, that is set in Japan at the beggining of the 90`s. It`s also intended to show the active role of the main character of the book as oposition to the conceptions of labor exploitation and labor self-exploitation of the achievement society.

Keywords:Achievement society, Fear and trembling, Amélie Nothomb, Byung-Chul Han.

 

           
 

Estupor y temblores (1999), una de las novelas más icónicas de la escritora belga Amélie Nothomb, nos adentra al tedio del mundo laboral donde una joven Amélie (personaje autobiográfico) ve reprimida su subjetividad frente a una serie de retos laborales que nunca logra cumplir con éxito. Aunado a su papel dentro de la empresa en que trabaja, las circunstancias resultan peores para ella por encontrarse en un corporativo japonés donde Amélie es la única empleada occidental, situación que le hace provocar cierto tipo de desprecio por parte de sus superiores. En esta novela corta, que resulta ser un excelente ejercicio sobre las limitaciones que los espacios uniformes imponen a las mentes creativas, pueden descubrirse algunas características de la llamada “sociedad del rendimiento” descrita por el filósofo Byung-Chul Han en La sociedad del cansancio (2010).
            Desde el inicio del libro, queda claro el lugar ocupado por Amélie dentro de la compañía japonesa: “El señor Haneda era el superior del señor Omochi, que era el superior del señor Saito, que era el superior de la señorita Mori, que era mi superiora. Y yo no era la superiora de nadie” (Nothomb, 2019, p. 103). De esta manera, Amélie se ve obligada a seguir las órdenes de todos, a los que tiene que responderles siempre con un “sí”. Además, en la compañía Yumimoto, una gran empresa de exportaciones e importaciones de todo tipo, los empleados valen por las ganancias que producen y administran: “Al igual que los ceros, los empleados de Yumimoto solo adquirían algún valor cuando se situaban detrás de otras cifras. Todos menos yo, que ni siquiera alcanzaba la categoría de cero” (Nothomb, 2019, p. 107). Empero a su falta de actividades dentro de su puesto como asistente de café, a Amélie le bastó una semana para rebelarse contra sus superiores cuando la reprendieron por hablar en japonés dentro de las instalaciones. Ante su negativa, el señor Saito le aclaró: “Siempre existe un modo de obedecer. Eso es lo que los cerebros occidentales deberían comprender” (Nothomb, 2019, p. 109).
            Así como a unos administrativos japoneses les había incomodado escuchar a una occidental hablar un perfecto japonés, Amélie decidió no renunciar a la empresa por una cuestión de honor que correspondía con los protocolos laborales de Tokio. En cambio, su permanencia en la compañía Yumimoto le permitió cometer más imprudencias, desde asumirse por sí sola la tarea de entregar el correo a colaborar en una investigación en un departamento ajeno al suyo, actos que la hicieron merecer el castigo de ser humillada por su superiora, Fubuki Mori, al ser recluida a labores de contabilidad que Amélie era incapaz de comprender. Finalmente, tras una riña personal con su superiora, Amélie fue descendida a la función de atender los sanitarios de su piso, a los cuales debía procurar con papel higiénico y toallas de manos, labor que llevó a cabo hasta terminar su contrato con la empresa.
            El título del libro, que proviene de un protocolo antiguo sobre la manera de dirigirse al Emperador, bien puede entenderse como la manera jerárquica de mirar hacia arriba, con “estupor y temblores”, por el temor individual de no contar con un desempeño óptimo en el centro de trabajo. En la sociedad del rendimiento, antes que la obediencia disciplinaria, destaca la autoexplotación de los individuos: “el sujeto de rendimiento se abandona a la libertad obligada o a la libre obligación de maximizar el rendimiento” (Han, 2012, pp. 31-32). Aunque la novela atraviesa una barrera temporal y social para hablar de la sociedad del rendimiento, por ambientarse en Japón a inicios de los años 90, da varios indicios para pensar en el planteamiento de Han respecto a la vida laboral de la sociedad tardomoderna.
            Si bien es cierto que se habla muy poco sobre el resto de los empleados del piso en que labora Amélie, la narración sugiere que todos “viven” para el trabajo. Los empleados de Yumimoto son gente que dedican su vida a la empresa y cuyo único objetivo es rendir para ascender, es decir, que son sujetos que se autoexplotan y que, para trabajar de manera disciplinada, laboran con un perfil de positividad. Al contrario que Amélie, el resto de los empleados no se quejan ni se atreven a actuar de manera contraria a sus funciones determinadas. Son personas aisladas que trabajan para sí mismos, no para crear amistades ni fomentar sentimientos humanos, porque estos van en contra del espacio del rendimiento. Por todo esto, ellos son diferentes a Amélie, porque fundamentan su “ambición” en el autoexplotamiento, que es lo mismo a no tener vida. Al despedirse del señor Saito, Amélie pudo sintetizar el modelo de vida de sus compañeros de la empresa: “A pesar de su relativa ascensión profesional, era un nipón entre miles, a la vez esclavo y torpe verdugo de un sistema que, sin duda, no le gustaba pero que nunca denigraría, por debilidad y por falta de imaginación” (Nothomb, 2019, p. 177).
            De manera general, podría concebirse al libro como una toma de conciencia de Amélie por encontrarse frente a las inconsistencias de la explotación laboral. En este sentido, ella, por tomar conciencia, es calificada como “fracasada”, no precisamente por su renuencia a obedecer de manera fidedigna a las órdenes de sus superiores, sino por su incapacidad de “rendir”. Distrayéndose en otras cosas y creando excusas por hacer mal sus labores implementadas, Amélie representa para sus superiores una mujer inepta que prefiere reflexionar a solas en lugar de trabajar de manera eficiente. Por esto, ella fue consciente de la alegría del vicepresidente Omochi cuando pudo encontrarla dentro de los sanitarios de la empresa: “Para él, que un ser tan inepto como yo consiguiera por fin un lugar en la sociedad constituía un acontecimiento positivo. Además, debía de sentirse aliviado al no tener que pagarme a cambio de nada” (Nothomb, 2019, p. 162).
            Aunque en la novela no se expone ninguno de los casos típicos de enfermedades neuronales de la sociedad del rendimiento, puede encontrarse, de manera indirecta, un cierto tipo de déficit de atención en Amélie que, paradójicamente, no se debe a su exceso de rendimiento, sino a su falta de funciones. Más que un deseo por autoexplotarse, Amélie había buscado rehuir del aburrimiento que le causaba el cumplir con funciones tan elementales que exigían muy poco a su cerebro. En cambio, si a Amélie no se le otorgaron mayores funciones a las de mantener la limpieza de los baños fue porque ella, como “fracasada”, era tratada por una “retrasada mental” que no podía utilizar el computador por más de 5 minutos porque sus dedos se entumían o que era incapaz de corroborar los cálculos financieros más sencillos. Encima, era señalada por su superiora como una persona sin dignidad que anteponía su vanidad propia a los intereses de la empresa Yumimoto.
            En contra de la pasividad de sus compañeros de trabajo, Amélie mantuvo una postura activa durante su permanencia en la empresa, porque ella representaba una negación a la positividad de Yumimoto cuando le respondía a sus superiores, cuando actuaba por cuenta propia al asignarse labores que no le correspondían y cuando criticaba el modo de vida de los otros empleados. Es decir, la actitud de Amélie no se reducía a la de un Bartleby que, indiferente, se mantenía apático frente a todas las peticiones, sino que lo discutía todo. Encima, había provocado un sabotaje indirecto al dividir a los demás empleados entre los que se mostraban indiferentes por su descenso en el aseo de los baños y los que, apoyándola, visitaban los sanitarios del otro piso de la empresa, traslado que los hacía perder tiempo de su jornada de trabajo. También, en lugar de mostrarse como una máquina humana que rindiera a favor de Yumimoto, Amélie se había permitido mostrarse sensible al buscar la amistad de Fubuki Mori, su superiora, a la que nunca terminó por satisfacer como persona. Por su parte, Mori se trataba de una mujer japonesa de 29 años que había sacrificado su vida sentimental para acceder al puesto de trabajo que desempeñaba en la compañía, cargo que había alcanzado tras largos años de autoexplotamiento.
            A pesar de su sentido de resistencia, Amélie también sufrió de humillaciones y burlas dentro de la empresa que la hicieron sentirse menos. Incapaz de rendir al nivel de lo solicitado por Mori, Amélie se asumía como una “Sísifo de la contabilidad” que sufría de ataques de cansancio y desánimo por no cumplir con ninguna de sus tareas laborales. Dentro de Yumimoto, ella se sentía “retrasada” por no poder laborar como sus compañeros de piso. No obstante, este cansancio y desánimo le permitieron reflexionar al respecto. Frente al aburrimiento de no poder cumplir con las tareas difíciles y de sentir no hacer nada durante las tareas fáciles, Amélie logró inspirarse al recrearse con cada uno de los sucesos cotidianos. De esta manera, su aburrimiento se convirtió en un proceso creativo en el cual inventó apodos para sus superiores, se imaginó la vida familiar de sus compañeros, recordó ideas de su infancia, comparó su relación con Mori como la ocurrida entre David Bowie y Ryuichi Sakamoto en la película Merry Christmas, mister Lawrence, imaginó romances interculturales y disertó acerca del suicidio y la educación femenina en Japón. Para Amélie, su aburrimiento se convirtió en un proceso de desprendimiento: “Durante el estado contemplativo, se sale en cierto modo de sí mismo y se sumerge en las cosas” (Han, 2012, p. 38).
            El punto más álgido de la vita contemplativa de Amélie se encontraba cada vez que ella detenía su mirada en la ventana del piso 44, porque era ante esta vista que ella jugaba, mentalmente, a lanzarse por el aire para golpear sobre el concreto, acto recreativo que conservó durante toda su estancia en la compañía Yumimoto: “Mientras existieran las ventanas, el más débil de los humanos tendría su parte de libertad” (Nothomb, 2019, p. 183). Por esto último, Amélie hallaba la libertad del tedio laboral de la empresa nipona a partir de su sentido de contemplación, de la iniciativa creativa de su aburrimiento que la hacía ver como una “retrasada mental” y “fracasada” por sus superiores, porque ella se resistía a cumplir con el estilo de vida de la sociedad del rendimiento. Inepta para realizar con éxito cualquier función dentro de la empresa, Amélie pudo cobrar venganza de un sistema que le resultaba incompatible cuando, al quedarse a laborar a solas por la noche, decidió desnudarse y correr por todos los pasillos de Yumimoto para frotar su cuerpo sobre los computadores y bailar sobre los escritorios. Reina de una noche en la cual se había convertido en Dios, Amélie amaneció frente a los ojos de Fubuki Mori, recostada en el suelo y recubierta por la basura de la oficina, para continuar con su vida de mártir.                       

Referencias:
Han, B. (2012). La sociedad del cansancio [Versión electrónica]. España: Herder.
Nothomb, A. (2019). Estupor y temblores. En Amélie Nothomb Compendium (pp. 101-183). Barcelona: Anagrama.

 

 
® UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades
Av. de los Maestros Pta. N° 3, segundo piso esquina, Mariano Bárcena.
Col. La Normal, Guadalajara, Jal., México.
Tel: (33) 3819-3378
argos.cucsh@gmail.com
Criterios para publicar
Cintillo legal
Cosejo Editorial
Directorio
Números anteriores
Contacto
Convocatorias
Objetivos

Comité de evaluadores

Declaración de Acceso Abierto

Declaración de ética y malas prácticas editoriales

Sitio elaborado por:

Universidad de Guadalajara. Derechos reservados ©1997 - 2012. ® El escudo de la Universidad de Guadalajara es una marca registrada.
Revista Argos. Todos los derechos reservados © 2019
Departamento de Letras y Departamento de Estudios Literarios