|
Av. de los Maestros Pta. 3, esq. Mariano Bárcena Edificio "M", Planta alta. Col. La Normal. C.P. 44260 Guadalajara, Jal., México. CE: argos.cucsh@gmail.com |
e-ISSN: 1562-4072 | ||||||||||||||
Volumen 7, número 19 / Enero-Junio 2020 | ||||||||||||||||
Revista electrónica semestral de estudios y creación literaria |
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA | |||||||||||||||
Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades | ||||||||||||||||
Presentación de la revista I Criterios para publicar I Cintillo legal I Consejo Editorial I Directorio I Números anteriores I Contacto Convocatorias I Objetivos I Comité de evaluadores I Declaración de Acceso Abierto I Declaración de ética y mala práctica editorial |
||||||||||||||||
Regresar | ||||||||||||||||
Restaurando a las viñetas de La Feria. El rescate de las viñetas originales de 1963 de La Feria de Arreola ante la versión de 1971 de Joaquín Mortiz y las de la Editorial Planeta Mexicana. Restoring the vignettes of “The fair”. The rescue of the original vignettes of Arreola’s “The fair” of 1963 when compared to the version of 1971 by Joaquín Mortiz and those by Editorial Planeta Mexicana. Fernando Castro-Chávez Recepción: 31/03/2020 |
||||||||||||||||
Resumen: Palabras clave: Asteriscos. Dibujos. Novela. Edición. Arte. Literatura. Abstract: Keywords: Asterisks. Drawings. Novel. Edition. Art. Literature. |
||||||||||||||||
Dedicatoria: A Ma. Ka. Mi. D., bacolodeña de 22 años con quien pasé los tres meses más tremendos de mi vida hasta ahora, de noviembre a febrero en Galveston, Cypress, Houston, Nueva Orleans, Luling, Gruene, San Antonio ¡y Nueva York (la ciudad actual víctima principal del COVID-19, por quienes ahora oramos)! Esperando que otros semejantes a esos días con ella se puedan prolongar hasta el final... Fernando C. C. “Hay, sin embargo, tantas cosas que dejé sin consignar ahí: La feria podría crecer, en una revisión, sobre la base de otros fragmentos. Fragmentos que trataron de ser una imagen de un pueblo, un corte sagital en la conciencia…” Juan José Arreola, en entrevista a Eliana Albalá (1989, p.676). |
||||||||||||||||
Introducción Antecedentes:
Incluyo aquí también, a aquellas de las frases esclarecidas del prolífico escritor y profesor Dante Medina, ya que éstas nos ayudan a aclarar y a responder algunas de las preguntas que nosotros nos pudiéramos hacer al respecto. Dante me escribió, en mensajes personales, alentándome y apoyando mi esfuerzo de dar a conocer esto para la restauración de la obra de La Feria de Arreola a sus viñetas originales de los sesentas; así de que, entre otras muchas cosas muy valiosas y amenas, Dante me dijo lo siguiente (con mis comentarios entre paréntesis del por qué dice él todas estas cosas, a través del Messenger de Facebook: Dante Medina: “…esos descubrimientos, estimado Fernando, son los que valen. Hay que reivindicar la edición verdadera, defenderla, explicar por qué debe volverse a ella… (Luego me dice él en la misma conversación:) No, no sabía lo de esa viñeta (y Dante me dice esto porque yo le pregunté):
Hipótesis: Ho: La existente alteración original de esas veinte viñetas es totalmente aleatoria y carece de toda lógica inherente cuando se comparan las versiones de La Feria de Arreola de 1963 y de 1971 por JM. Objetivos:
Materiales y Métodos: Pero, en esta ocasión, me enfocaré en las veinte viñetas que fueran adulteradas en la versión de JM de 1971, más esa última que está cambiada en la versión del FCE de 1995, al comparar esa edición de las “Obras” de Arreola con la edición original de Joaquín Mortiz de 1963. Pero, como los cuatro puntos cardinales visuales de La Feria, diré aquí que la primera de las 294 viñetas originales cuando se incluyen a las cinco de la portada en la cuenta, es la de “La estrella” (que en la portada se observa con sus ocho rayos del color azul violeta, que es la viñeta A0 según la clasifico yo), luego la primera dentro del texto o del libro en sí es la de “La cruz blanca”, la que está dentro del círculo negro (que es la sexta viñeta contada de manera global al incluir las cinco mencionadas de la portada, pero que corresponde a la primera dentro del texto, encabezando al primer fragmento y estando al pie de los dos epígrafes, correspondiente ésta a la viñeta A1.1-F1, según la clasifico para facilitar su ubicación, como lo veremos más abajo); luego diré que la que aparece en medio de toda la obra original, que corresponde al fragmento 147, es la de “El cometa” (aquel celestial, o la A20.2-F147), y la última de todas ellas, o la 294, es la de “El sagrario” (o “La parroquia”, la que correspondería a la viñeta final A67.3-F289). Así tenemos al inicio, mitad y final. Resultados y discusión:
Primera viñeta a considerar: Cambio # 1: A44.1-F47: “La mazorca”: Viñeta que en su versión original de 1963, como se ve en su dibujo, está boca arriba y con su tallo mirando hacia la izquierda; en cambio, en la edición de 1963 de JM y en las “Obras” del FCE que se basan en su totalidad en la anterior, aparece de cabeza, y con su tallo hacia la derecha; es decir, que primero se la tuvo que invertir horizontalmente, y luego tuvo que haber sido volteada de cabeza verticalmente, de una manera deliberada, para quedar como se ve en la susodicha edición de JM de 1971, y en la del FCE de 1995, en donde incluso se le ve, por el exceso de tinta, obscurecida como un manchón negro, por lo que inicialmente pensé que se trataba de un cucharón de cabeza (de esos para el hielo o para colectar carbones; además de que Vicente Rojo diseñó a esta mazorca, según mi entender, más ancha de lo normal, ya que normalmente son más alargadas y esbeltas, lo que también contribuyó a que yo tuviera ese malentendido):
El fragmento debajo de esta viñeta trata del burro que anda persiguiendo a aquella burra que está experimentando sus calores, y de cómo es que ambos animales se metieron en la tienda de don Tonino y le rompieron su gran cántaro de tepache así como otros daños relacionados, y concluye de la siguiente manera, con la opinión final por parte del dueño del animal:“El arriero no los quiere pagar alegando que esos son 'accidentes de la naturaleza…'” Segunda viñeta a considerar (con dos instancias invertidas opuestas): Cambios correlacionados # 2 y # 4: “La flor” Cambio # 2: A46b-F138: “La flor”, con su tallo a la derecha en La Feria de 1963: En cambio, en las “Obras de J. J. Arreola” de JM de 1971, esta flor aparece con su tallo a la izquierda: Tratándose en esta ocasión del texto en el que los homosexuales hablan en voz de otras dos personas, a lo que una de ellas le dice a la otra: “Mire, mejor vamos hablando de otra cosa. Vamos dejándolos en su mundito aparte, ahogándose como ratas…” Cambio # 4: A46a.3-F177: La flor, de nuevo, que en la edición original de 1963 aparece con su tallo a la izquierda (como también se ve en la edición conmemorativa del Gobierno de Jalisco del 2008, para aquella serie a cargo de Avelino Sordo Vilchis): En cambio, en las “Obras de J. J. Arreola” de JM de 1971 aparece invertida con su tallo a la derecha: Es decir, que esto es justo lo opuesto al caso anterior, siendo el tópico aquí el de aquel joven escritor (siendo un recuerdo de Arreola mismo), quien al no encontrar a la mujer que le gusta, dice: “…tomé el camino de su casa. La hallé cerrada y silenciosa”
Tercera viñeta a considerar: Cambio # 5: “La guitarra”:
Lo cual se pone de una manera opuesta en las “Obras de J. J. Arreola” de JM de 1971, en donde se invierte esta guitarra para que su diapasón aparezca del lado izquierdo (además de que se pierde la claridad en la edición del FCE, por ejemplo, en las clavijas de la guitarra que ya no se ven):
Aquí, en esta inversión, de nuevo se trata de parejas normales; es decir, de un hombre y de una mujer, las cuales son ofendidas con una cantaleta grosera para ambos, la que les dice: “Déjala güevón, / ponte a trabajar, llévala a bañar, cómprale jabón...” Aquí, JM en 1971 invierte a la guitarra; además, se observa que aún el dar un zapateo con el ritmo de esa cantaleta, y aún con una pícara mirada acompañada de una sonrisa dirigida hacia algún varón que llevara a su pareja del brazo, era en aquel entonces algo interpretado como alusivo a dicha cantaleta, lo que hacía enojar a los varones a los que les era dirigida, ofendiendo también a sus damas.
Cuarta viñeta a considerar: Cambio # 14: “La guirnalda”:
En La Feria de JM de 1971, ésta ha sido adulterada para que su tallo aparezca a la izquierda:
De nuevo, como en todas las otras ocasiones en las que en JM de 1971 se invierten las imágenes originales de 1963, ésta también tiene que ver con relaciones de pareja; en este caso, se trata del torero que con su propio estoque “curó” a Concha de Fierro, y Arreola nos señala que: “Dicen que Pedro Corrales se casó con ella al día siguiente y que los dos van a retirarse de la fiesta”
Estos cinco casos de viñetas alteradas por inversión comienzan con, número uno: “La mazorca”, siguen los números dos y tres con “La flor”, la cual es la flor de cempasúchil, muy usada en el par de “enrosos” que se dan en las festividades de La Feria: uno al principio y el otro al final de la misma; luego, se trata de “La guitarra” en el número cuatro, y finalmente de “La guirnalda”, de oliva en la posición número cinco; además, vemos que en cuatro de ellos se habla de relaciones normales y naturales de pareja entre animales o humanos bajo diferentes conflictos y circunstancias, los cuales han sido invertidos en la edición de JM de 1971, así como ésta ha invertido en un sentido contrario a una de las flores, aquella que tiene que ver con la forma de hablar de los homosexuales, que fuera la única instancia de seis flores, y para ser específicos, se trata de la tercera instancia de la serie de las flores, siendo esta misma la que se invirtiera en el original de 1963, jugando con el sentido de los dibujos, ya que en aquel entonces, a los afeminados se les llamaba también “invertidos” o “volteados”, entre muchos otros motes despectivos; de nuevo recordemos que es la única “invertida” en la versión original de 1963 para la serie de las flores. Quinta viñeta a considerar: Cambio # 11: “Los lentes”:
Han sido transformados en La Feria de JM de 1971en “Los frutos”, los que nada tienen que ver con el contexto:
El fragmento aquí es la continuación de la carta que un hacendado perverso (de Abigail, me parece a mí, aunque allí no se da un nombre concreto), está escribiéndoles a las altas jerarquías religiosas de Guadalajara, pidiendo la remoción del anciano cura que simpatiza con los indios, y ese mismo hacendado además desea que no se devuelva el dinero del que organizó el evento de la coronación con oro para las estatuas (un Farías, quien en realidad era el señor Arias); una frase tomada de allí es: “Más vale que haya un solo perjudicado, y no toda una población”
Sexta viñeta a considerar: Cambios número # 12 y # 16: “La corona”; en donde los cambios son:
La cual en La Feria de JM de 1971 ha sido reemplazada por “La luna y el sol”:
Este primer fragmento habla de las palabras del cerero que va a ocultar a su hija, Chayo, la que quedó embarazada y que será madre soltera (como las muchas mujeres que he conocido en Zapotlán el Grande que se encuentran en la misma situación, y muchos dicen que eso se debe en gran parte al desorden que se suscita en La Feria de la vida real, ya que hay un “paridero” de hijos naturales en el pueblo, justo nueve meses después de octubre, que es cuando se llevan a cabo esas fiestas “pagano-religiosas”; pero en el caso de la Chayo que nos ocupa, su embarazo se debió a que ella se sintió muy vulnerable en el día del terremoto, que fue cuando Odilón, hijo de Abigail, se aprovechó de ella para dejarla embarazada sin reconocer su paternidad); pero en este caso, para que nadie les pregunte a las mujeres de su casa, el cerero va a ocultar a todas ellas, señalando: “Si me preguntan por Chayo, diré que está fuera de aquí, porque yo no quise que saliera de reina ni de virgen…”
Y este segundo fragmento nos muestra al ganador de los “Juegos florales”, al que de premio le daban, no una guirnalda sino una flor (en teoría, hecha de plata), pero en este caso que se narra, por falta de recursos, simplemente le pegaron en la solapa una flor natural; la corona de estrellas es algo simbólico del énfasis que se hace de la mujer en general en este pasaje: Tzaputlatena (el nombre del ateneo), luego: la novia ausente, luego la Santa Poesía, y finalmente Clemencia Isaura (la fundadora internacional de los “Juegos florales”), y una frase de aquí nos dice, parafraseando de nuevo a la Biblia (uno de los cientos de veces que Arreola la parafrasea):
“Porque yo os digo en verdad que dondequiera que se reúnan dos o tres espíritus en nombre de la Santa Poesía, allí reverdecerá el Jardín…” Séptima viñeta a considerar: Cambio # 7: “La calavera del toro”:
Ya había cambiado en La Feria de JM del 71, en donde en lugar de ésta aparecen “Las milpas”:
Pero, este fragmento trata acerca de los que querían apoderarse de las tierras ajenas, y la cita es de un fragmento apocalíptico, por lo que la viñeta original de “La calavera del toro” (un símbolo de muerte y devastación) encaja mejor; la persona que mide dice: “Voy a medir la tierra para ver cuánta es su anchura y cuánta su longitud”
Octava viñeta a considerar: Cambio # 8: “El caballo”:
En cambio, en La Feria de JM de 1971,aparece éste ya alterado como si fuera “El látigo”:
Pero aquí también es obvio que la viñeta original es la de “El caballo”, ya que el tema central es el reparto de las décimas, que es aquella costumbre de repartir, antes de que comience La Feria, esos posters de pared enrollados con el programa de la misma, el cual viene junto con un poema en forma de décima (que son diez renglones octosílabos), y se habla de la violencia de dicha práctica en el pasado, ya que los repartidores lo hacían a caballo, y el drama central en el fragmento es entre un adinerado que cae de su caballo porque un pobre que quería décimas se metió entre las patas del caballo como para detenerlo; una frase de este fragmento nos dice: “El caballo, ya de por sí muy arisco, se paró de manos asustado y el jinete cayó al suelo desprevenido”
De nuevo si vemos los contextos, aquí el caballo, que está al centro de la acción, cuadra mejor que el látigo. Ésta es la cuadrúpeda (con cuatro viñetas) serie del tema original de “El caballo”, animal que está encabezando a los fragmentos de este grupo. Novena viñeta a considerar: Cambio # 15: “El buey”:
En La Feria de JM de 1971 ha sido cambiado por “La carreta” del circo (de baja calidad visual en la edición del FCE, como en todos los casos por su baja calidad visual, pero a la que en la versión de alta calidad visual se le alcanzaban a ver hasta los seis rines a las ruedas de dicha carreta, lo que se ha perdido en casi todas las versiones, como se ve en el ejemplo de otras siete viñetas que doy al final del presente artículo para ejemplificar este punto de la baja calidad visual en la versión del FCE):
Claramente se ve aquí el encaje de la viñeta original del buey con el contexto, que es el del hombre que se ha vengado, matando al otro que siempre le decía “órale Coyón”, pero que el vengativo quedó maltrecho y en el hospital, y desde allí nos dice: “Yo siquiera miro las nubes. Aquel vale Leónides ni siquiera las ve, con toda la tierra que tiene encima”
Ahora sí que lo que vemos aquí en esa serie alterada es aquello de “Los bueyes y su carreta”… Décima viñeta a considerar: Cambio # 19: “Las espuelas”:
En La Feria de JM del 71 vemos que éstas han sido reemplazadas por “Los gallos”:
Pero, en este caso, la viñeta original pareciera ser como un sarcasmo, ya que el indio es tratado con desprecio por los hacendados, como si lo trataran “con espuelas”, aun cuando la máxima autoridad, el Rey mismo, les pide a sus representantes una cosa que jamás se llegó a cumplir en aquel tiempo, que trataran bien a los indios: “Quiero que sean tratados como lo merecen vasallos que tanto sirven a la monarquía y la han engrandecido y lustrado. Yo el Rey”
2.c) Cambios relacionados con objetos personales o del vestir:
Ha sido reemplazado por “Las espuelas” que se ven en La Feria de Arreola de JM de 1971:
Y aquí, se trata del texto en el que Odilón borracho le dice a Chayo, la buena mujer que le gusta y que está trabajando en la tienda de telas de don Salva: “Me voy pero vuelvo. Dime adiós, pero con gusto, para que me acuerde mucho de ti...” Cambio # 18: A77.4-F284: El sombrero:
En esta adulteración de JM, en donde se pone a una guitarra en vez del sombrero original que encabeza a este fragmento, hablan algunos de cómo es que les fue en La Feria: uno dice que le robaron la cobija (pues en ese entonces venían de otros pueblos para quedarse a dormir en el jardín y se envolvían en su cobija); pero el cinismo de los hacendados, que yo asumo que se trata una vez más de Abigail, ya que era él el principal despojador de las tierras de los indios, y además, era él el enemigo número uno de aquellos indios que se querían defender y recuperar lo suyo; y termina diciendo así, según él y con relación al “Día del Juicio Final” (título que Arreola probablemente tomó a partir de su inspiración basada en otro de sus escritores favoritos, Giovanni Papini, el cual tiene una obra titulada el “Juicio Universal”, también inspirado por la Biblia): “Ya tenemos todos nuestros papeles arreglados, con la debida anticipación...”
Décima segunda viñeta a considerar: Cambio # 6: “La pistola”:
En La Feria de JM del 71ha sido reemplazada por “La mano” (la que aparece con muy poca claridad en la versión del FCE, ya que ésta parecía ser la mano izquierda, cuando en realidad es la mano derecha):
Siendo ésta la última y el último fragmento, cuando se acomodan las viñetas según el orden en el que van apareciendo en el texto, y aquí se deja el texto abierto, como siempre lo quiso hacer Arreola, para darles en un futuro un mayor detallado a las historias que están allí presentes en La Feria (como Arreola nos lo dice en el epígrafe que elegí para este artículo, y como se ve en “La vida privada”, que pudiera decirse que es una expansión del F198, cuya viñeta patriótica es la de “Las banderitas”, y trata del joven licenciado Gilberto dando su discurso patrio la noche del 15 de septiembre, quien se enamora de una mujer casada); en este caso, todo termina con puntos suspensivos, diciendo María Palomino: “Cada ocho días le voy a ir trayendo lo que pueda. Pero que sea de cera líquida...”
Noté también cómo la mano del FCE (aquí arriba), parece más bien un guante, y eso es lo que yo inicialmente pensé, comparada con la mano original (al menos la de las placas originales, verla con mayor claridad y resolución en el siguiente punto): Décima tercera viñeta a considerar: Cambio # 17: “La mano” (la que al verla con claridad: ¡es la derecha!):
La cual en la versión adulterada de La Feria de JM de 1971ha sido reemplazada por “El zapato” (además, en esta versión, cada viñeta de un mismo grupo presenta diferentes intensidades de tinta, siendo la que pongo aquí la que muestra más detalles, pero nunca tan clara como en la mejor edición, visualmente hablando, mas no en cuanto a la exactitud en el orden de sus viñetas, y es, como ya lo he dicho, la edición del 2008 (verla en las referencias); otro zapato, de los tres que corresponden a la serie normal contra los cuatro que aparecen en la edición alterada, allí está más obscuro, y el otro aparece peor, al estar totalmente obscuro en esa versión alterada al ser comparado con la mejor resolución posible que habría de mostrar la misma intensidad en todos los íconos que son iguales):
El contexto aquí nos indica que fue por un “dedazo” de los hacendados el hecho de que se reemplazó por otro asustadizo e inepto al cura de Zapotlán el Grande que simpatizaba con los indios, llegando en su lugar ese otro clérigo joven e inexperto, como un texto que aquí mismo nos dice que al leer en latín, titubeaba mucho y que: “Ya en español se equivocó varias veces y repetía las palabras”
2.d) Cambios relacionados con objetos impersonales o no del vestir: Décima cuarta viñeta a considerar: Cambio # 9: “El farolito”:
Pero que en La Feria de JM de 1971 ha sido adulterado por “La campana”, la que nada tiene que ver con el contexto directo que allí se observa:
Entonces, y de nuevo, la viñeta original, como en todos los otros casos, tiene un mayor sentido, mientas que la viñeta adulterada no lo tiene, ya que aquí se trata de dos jóvenes que se fueron a buscar dinero enterrado; y eso supuestamente “se los dijo un ánima” (y se dice que todo esto es algo que más comúnmente sucede de noche): “Pero tuvimos envidia uno de otro y cuando llegamos al punto, el dinero se nos volvió carbón. Trabajamos de balde”
Décima quinta viñeta a considerar: Cambio # 10: “El cometa”:
Pero que en La Feria roja de JM de 1971 ha sido reemplazado por “La llave”:
Aquí, se trata de un fragmento de un texto apócrifo panteísta que Arreola ha incluido, el cual dice que la divinidad se encuentra en todo lugar… (Idea que cautivaba a Arreola, pero que según mi entender es errónea); sin embargo, la serie para esta viñeta de “El cometa” es la siguiente:
Un extracto de ese tan breve fragmento es: “Hiende el leño y yo estoy allí”. Aquí, entonces, un cometa celestial es algo más “etéreo” o distante para el ser humano en comparación con una llave, la cual si se puede palpar: ¡y hasta de asustarse con su sonido al caer, si es de esas grandotas de los portones antiguos!, como la que en la obra asustó al cura, lo que Arreola contaba que había sido un drama de la vida real que le sucedió a su tío Librado, el que se mantuvo siendo clérigo durante toda su vida (pero que su otro tío: José María Arreola, abandonó todo eso al percibir la mentira perpetrada para engañar a la gente a partir de la tilma de JuanDiego, y se dedicó a la enseñanza y a las investigaciones científicas de las índoles más diversas). Décima sexta viñeta a considerar: Cambio # 13: “Los dados”:
Pero que en La Feria de JM de 1971, esos dados han sido reemplazados por “El dos de espadas” (pero nótese también la originalidad de esta carta, ya que en las normales que yo he visto, las espadas siempre aparecen en direcciones opuestas):
Y aquí, el fragmento nos habla de los juegos de azar presentes en La Feria, y nos dice: “Nunca había habido tantos desplumaderos para ricos y pobres”. Es aquí entonces más común en esos juegos de azar el uso de los dados que el de ponerse a jugar a las barajas, que se basan más en la inteligencia que en el azar; además de que la baraja que aquí se ve en el dibujo original, como decía, son dos espadas mirando hacia abajo (las que normalmente en las barajas españolas aparecen en direcciones opuestas; y desde luego, se ven mucho más claras en las versiones de JM que en la del FCE, que es la que aquí se presenta para ese extraño “dos de espadas”). Esta es entones la secuencia para el grupo de “Los dados”:
Décima séptima viñeta a considerar: Cambio # 20 (y último): “La flecha”:
En La Feria de JM de 1971 aparece en su lugar “El quiosco” (en el cual, dadas las discrepancias de la tinta, aparecen aquí como si tuvieran, cada uno, en cada una de sus repeticiones, un águila de bronce en diferentes posiciones, refiriéndome al águila patriótica que aparece en la cima del quiosco: siendo que la primera parece aparecer con sus alas tendidas o pegadas a la base, la segunda aparece como si comenzara apenas a emprender el vuelo, pero con la punta de sus alas aún pegadas a su base, mientras que la tercera pareciera tener un ala levantada, y esa es la que yo pongo aquí; es decir, que en este estudio que presento no he explorado las variaciones individuales en la tinta de cada dibujo, lo que yo consideraría ser algo realmente aleatorio, poniendo en mi caso aquí, un mismo dibujo para todas las réplicas de una misma figura):
Siendo este el desenlace final de la obra original, en el que se va precisamente, como la flecha lo indica, de mal en peor, ya que unos delincuentes les prenden fuego a los dos castillos para que estallen al mismo tiempo, y ambos tenían tanta pólvora, que duraron ardiendo y escupiendo buscapiés como por una hora, y luego, todos los participantes a este evento final en La Feria de Arreola, se lee que están: o borrachos o exhaustos de cansancio, y terminan todos ellos tirados en el suelo, y solamente queda de pie el que narra la obra, quien caminando lentamente y esquivando a los caídos, y concluye como si fuera una gran pieza musical, en este caso, con el último haz de cenizas elevándose al aire: “…vi subir al cielo la última columna de humo, recta y delgada. Dejé de mirar en el momento en que se desprendió de su base de ceniza, donde ya no quedaba nada por arder”
Y aquí, me doy cuenta de que, con fines literarios, en su obra misma, Arreola invirtió el orden de los eventos, ya que normalmente se quema el último castillo o castillos (pues el último día ya se acostumbraron a quemar dos, que en este año del 2018, debido a las lluvias previas, se les “sebó”, como dicen, al intentar despegar del primero a la primera corona; es decir, que ésta se quedó atorada sin elevarse al cielo), y esta quema de los últimos castillos se hace la noche anterior al día del desfile (desfile que también en este año del 2018 se retrasó, del martes 23 para el que estaba programado, hasta el domingo 28 de octubre, en el que se vio más que nada un desfile interminable de venduteros provenientes de otros lugares del país, los cuales venían vendiendo desde pititos de plástico para hacer aún más ruido que “el normal” causado por las bandas y por los chiquillos enmascarados con horribles máscaras de terror, los que golpean sus látigos al aire haciendo chasquidos estruendosos…, y había también vendedores de esas manzanas glaseadas como con vidrio, que son como si fueran unos “rompe-dientes”…), además de que el desfile mismo se retrasó en un par de horas; dicen que, aparte de las tormentas que propiciaron el retraso, ese retraso “ayudó” a que se pudiera recabar más dinero, ya que muy sospechosamente y días antes: ¡alguien se robó del comité de la feria medio millón de pesos! (Aparte de que algunos rateros foráneos intentaban abrir las puertas de los autos estacionados para robar cosas dentro de ellos o de plano para llevárselos sin ser suyos; a mí me tocó ver a uno de esos ladrones, quien nomás al verme, corrió al otro lado de la calle, lo que informé a un policía que me dijo que andaban muchos de esos procedentes de otros lugares), pero… Décima octava viñeta a considerar (pero ahora ya no se trata de un reemplazo o inversión sobre un fragmento, sino que se trata de una llana adulteración a la figura misma, cambiando un dos (representado por dos puntos) por un uno (representado por un punto)): Cambio # 21: A49.b.1-F165: “El dominó”: Este es tan sólo un ejemplo de una serie adulterada (pero en realidad son prácticamente todas las otras las que también dejan mucho que desear en lo visual, como sucede con los dados del FCE (los que son indistinguibles en sus números, dada su baja calidad visual, como ya se ha dicho y como se verá abajo), ya que aquí, como decía, se optó por poner solamente en su variante adulterada específica, a las malas viñetas publicadas por el FCE, mientras que las otras de su misma serie que puse yo, fueron las viñetas de mejor calidad del 2008, y no las correspondientes a la versión del FCE). El extracto de este texto del dominó nos dice, respecto a Odilón: “Dicen que tiene una novia en cada pueblo, con eso de que siempre anda de aquí para allá”
Aquí arriba vemos entonces algo con lo que yo quisiera terminar, que son otros siete ejemplos de viñetas que nos son presentadas con muy poca calidad por la edición del FCE, y por muchas otras que aparentemente se han basado en esa mala versión referente a una muy baja calidad visual en sus viñetas, para hacer sus propias reimpresiones, comparadas con las mismas viñetas de alta calidad, que es como deberían de verse en todas las ediciones[1] (y estas serían entonces las viñetas, si siguiéramos la cuenta después de las 21 aquí presentadas, pero estas otras debidas solamente a la mala calidad visual, seguirían de la 22 a la 28 para la revisión de ustedes, indicando esas imágenes, la pérdida de detalles importantes en la edición del FCE; se ha puesto la “A” en negritas para indicar en donde es que comienza la numeración para cada viñeta). Conclusiones: Apéndices: Apéndice 1: Algunas de las polifonías y poligrafías presentes en la feria, pero no todas, en orden alfabético son: Absoluciones, abusos, actas, advertencias, ajedrez, alabanzas, alabados, amaneramientos, anécdotas, anuncios, apagones, aplausos, apocalipsis, apologías, apuntes, autobiografías, auto-saciedades, balbuceos, barajas, bendiciones, burlas, calumnias, campanadas, canciones, cantos, cartas, castigos, celos, citas literarias, clamores, comedias, condenas, conferencias, confesiones, conjuros, contratos, coros, corridos, costumbres, crímenes, críticas, crónicas, cuchilladas, cuentos, chismes, choteos, décimas, declaraciones, decretos, delirios, demencias, denuncias, depravaciones, desafíos, desplegados, desprecios, devociones, diarios, dichos, discursos, dramas, ebriedades, elogios, encriptados, enigmas, epígrafes, erotismo, escrituras apócrifas, escrituras bíblicas, escrituras legales, elogios, espantos, evocaciones, exageraciones, expresiones físicas, exequias, exhortaciones, exigencias, exposiciones, extranjerismos, fantasías, ficciones, figuras de dicción o literarias, fuegos artificiales, gemidos, goteos, groserías, guiños, historia, historias, historietas, homilías, idiotismos, ignorancias, informes, instrucciones, interjecciones, jaculatorias (derivado del griego para referirse a una “eyaculación verbal”), ladridos, latinismos, lenguas espirituales (nota: y ya que el autor de este artículo habla en esas lenguas desconocidas o glossolalia, en este aspecto es él semejante al don Isaías que aparece en La Feria), letanías, leyendas, literatura, locuras, llantos, llavazos, machetazos, maldiciones, manías, mapas, maullidos, mensajes, mentiras, merolicos, metáforas, miradas, misterios, mitos, modismos, morbos, murmullos, música, melodías, mofas, narraciones, necedades, neologismos, nostalgias, notas periodísticas, notas personales, novelas, observaciones, obsesiones, ofensas, opiniones, oraciones, palabras póstumas, pánico, perdón, peroratas, persecuciones, pesadillas, planos, pleitos, poesías, popurrí, pornografía, pujidos, profecías, quejas, quejidos, realismo, recados, recetas, reclamos, reconvenciones, recuentos, recuerdos, regionalismos, registros, relaciones, relatos ficticios, relatos históricos, rencores, reportes, reseñas, retos, revelaciones, rezos, rimas, rumores, sadismo, sarcasmos, sátira, secretos, señales, sermones, signos, silbidos, silencios, sinfonía, sinrazones, soledades, sonetos, sornas, suspenso, susurros, tarareos, temores, testimonios, terremotos, terrores, tormentas, trote, truenos, torteo, venganzas, visiones místicas, violaciones, voces de ultratumba, zapateos… (Lista incompleta, cercana ya a las 200 palabras, ¡y tan sólo para la obra de La Feria!). Entonces, como una doble conclusión, me preguntaría ahora: Si La Feria de Arreola está llena, por diseño de su autor, de polifonías y de poligrafías diversas: ¿por qué no reconocer entonces que Arreola mismo también se las jugó aquí también, permitiendo que su obra fuera llenada con 294 “polifonías visuales” basadas en el ordenamiento estratégico por parte de él, mientras se recuperaba de su operación intestinal, de las 80 viñetas realizadas por Vicente Rojo Almazán?, ya que: “La Feria es una novela que muestra la capacidad de Arreola por reunir armónicamente distintos elementos, propios y ajenos, bajo un mismo título. Esta novela puede definirse como una obra sincrética… un diálogo…” (Moreno Espinoza, 2011, Web). Apéndice 2: El suplemento O2 de “La Gaceta de la Universidad de Guadalajara”, nos dice en una nota y en un “Bloc de notas” lo siguiente: “La feria de Arreola es una de las obras cumbres de la literatura latinoamericana... (Su primera edición apareció en 1963, bajo el sello de la hoy extinta editorial Joaquín Mortiz). La colaboración de Vicente Rojo, quien realizó los asteriscos (viñetas) que separan los fragmentos de la novela, resultan fundamentales y con el tiempo se volvieron parte de ella y, por tanto, imprescindibles.” A continuación, siguen los comentarios previos de Vicente Rojo en relación con las viñetas que él mismo hiciera; es Salvador Encarnación (2013, pp.4-5), quien le pregunta (y aquí pongo sus preguntas en itálicas, y en negritas lo que más nos incumbe de las respuestas que ofrece Rojo, el resto de sus respuestas aparece normal): ¿La imaginación es una llama? Por supuesto. Sí, como la zarza ardiente que decía Juan José Arreola. Esa llama tiene que estar en el corazón... El asterisco fue como un engarce… Así es. Esa era la idea. No es un asterisco normal. La idea fue que tuviera algo que enriqueciera visualmente las páginas; que al llegar a la lectura, el lector se encontrara con un elemento que le fuera atractivo, divertido. Uno se identifica con todo lo que lee y le gusta. Para mí sí existía la intención de darle esa riqueza al texto que de por sí es muy rico, pero que necesitaba —según el criterio de Arreola y Díez-Canedo— encontrar ese punto que uniera todas esas imágenes que son tan ricas… A mí me ha gustado, como en el caso de La feria, un momento de humor, de divertimento; que ayude al libro sin perturbarlo, sin inquietarlo. Arreola un día dijo que La feria la había diseñado “un muchacho muy inteligente”... Siempre he tenido la inquietud de estar renovando mi trabajo… Yo me he concentrado en la labor editorial, en el diseño editorial. Recomiendo conocer muy bien el libro o la revista, los textos. Leerlos, entenderlos. Y a partir de eso encontrar las imágenes que no perturben al libro. Imágenes que puedan sugerir, insinuar cosas pero que, de ninguna manera, pretendan estar por encima del libro. Es un trabajo de subsuelo que hay que ir haciendo y cuando se logra, eso es un éxito. A veces no se logra, claro. Pero hay que partir siempre de la lectura de los textos, eso es básico… Usted nació en Barcelona, pero México es su país… Sí. Este es mi país. Tengo 63 años en México. No he perdido la fe, pero eso no quita que yo me sienta mexicano. Y el trabajo como este de La feria de Juan José Arreola espero que lo demuestre.” [Además, en un libro sobre V. Rojo leemos lo siguiente:] “En Joaquín Mortiz por su parte, creó portadas entre 1962 y 1984, en las colecciones Novelistas Contemporáneos y Serie del Volador. Rojo comenta que don Joaquín Díez-Canedo le platicaba el contenido de los libros, haciendo copiosas digresiones y críticas sin rodeos sobre los propios libros y sus autores (en la nota 45 nos dice: “(A) Joaquín Díez-Canedo… comencé tres años después de Era, a hacerle muchas (colaboraciones para su editorial de JM); entonces él me contaba de qué iba el libro, que realmente eran novelas o cuentos. Además, me lo contaba críticamente: ‘Mira, es la historia de un joven que se enamora de su tía; mira, al llegar a la página ochenta y tantos se pierde un poco, pero no importa, la voy a publicar.’ Era genial tener esa información de lo que era un editor. Reconocía, sabía lo que tenía, lo que valía y lo que no”… y agrega: “Yo nunca tuve clientes, siempre tuve amigos, que es muy diferente. Y luego la ventaja de que confiaban en mi trabajo”, ya que para él el diseño funciona o no funciona, pero no se negocia... En el formato reducido del Volador, Rojo se inició con La feria, de Juan José Arreola, que le permitió trazar las claves visuales y estructurales que darían continuidad a la serie (Los elementos gráficos que perfilaron esa tan funcional y exitosa maqueta fueron: una pleca de color bordeando una imagen en alto contraste, la distribución de la cuarta de forros en bloques con una estructura de sabor áureo, una imagen de autor en la cuarta de forros, donde el texto lleva color en el fondo, el lomo de color tiene dos bandas o áreas de información)” (Rojo, V. 2015, pp.96-97, notas 45 y 47) [Como vemos, aquí la explicación final se centra en la cubierta pero no en los detalles precisos de los asteriscos o de las viñetas, información histórica crucial que nos sigue faltando]. Apéndice 3: Texto en la solapa trasera (la cuarta de forros) de las primeras ediciones originales de los 60’s por Joaquín Mortiz de La Feria: “LA FERIA pertenece al género de los apocalipsis de bolsillo, y por lo tanto es natural que sus páginas recojan fragmentos, textuales o deformados, de la más variada tradición oral y escrita, procedente sobre todo de Ezequiel y de Isaías, de los Apócrifos, del cartulario colonial y de los anales de un pueblo imaginado al sur de Jalisco. Se trata en realidad de puros recuerdos de infancia, de cosas leídas, vistas y oídas, puestas una tras otra, al azar. Pero hay una segunda ilación: el tono en que están contadas. La fidelidad a los giros populares y el realismo mágico de ciertos pasajes son tal vez las mejores cualidades de este libro desordenado, múltiple y singular, breve y abundante. Juan José Arreola nació en Ciudad Guzmán, Jalisco, el año de 1918. Autodidacta. Ha ejercido una veintena de oficios, empleos y actividades diversas. Debe a Varia invención (1949) y a Confabulario (1952) su nombre de escritor.”
Apéndice 4: Comentario que aparece únicamente en la primera solapa interna, justo detrás de la portada de la versión roja de JM de 1971, la que cambió a veinte viñetas: “Como si quisiera enseñar a los que se empeñan en que la literatura sea sólo documento – ha dicho Emir Rodríguez Monegal –, Arreola ha creado un libro que es literatura y que sin embargo documenta de la manera más cabal, más irónica y dolorida, una realidad del México de hoy y de siempre. Por el camino del ejercicio estilístico, del infinito paladeo de las palabras, de las alucinaciones y de las pesadillas personales, Arreola ha desembocado en este libro, escrito en el lenguaje que el autor oyó desde que se abrieron sus oídos y en el que se mezcla la visión plena de la realidad con un trasfondo que es poesía.” [A continuación, se añade exactamente lo mismo que aparece aquí en el Apéndice 3 tomado de las versiones de los 60s, pero solamente hasta donde dice el oximorón de: “breve y abundante”, dejando fuera el breve biográfico personal de Arreola; por su parte, en la segunda solapa, la parte trasera o interna de la cuarta de forros, leemos lo siguiente de manera vertical, lo que aquí pongo yo de manera horizontal para salvar espacio: “Obras de Juan José Arreola: Orden de la edición: Confabulario; Palíndroma; Varia invención; Bestiario; La feria; Arte de letras menores; Memoria y olvido; Hombre, mujer y mundo; Poemas y dibujos. Joaquín Mortiz / México”; comentario: Y sí, a mí me impresionó desde que vi a los cuatro últimos títulos que jamás, hasta donde yo sé, ni se escribieron por Arreola mismo, ni se publicaron por Joaquín Mortiz. Finalmente, la contraportada de esta edición roja que altera a las 20 viñetas señaladas de La Feria, pone parte del fragmento que comienza diciendo: “-La mera verdad, yo no sé para qué mi mamá me dejó casar…”, y que termina diciendo: “-¿Y cómo nació Filemón?”, cuya viñeta es “El cántaro” con el símbolo del Yin y del Yang en un mismo color, y que conforme a mi clasificación corresponde al A19.2-F126, lo que significa, como ya lo hemos visto: Asterisco número 19 por orden de aparición, en su segunda repetición, correspondiente al fragmento 126 de la obra de La Feria de Juan José Arreola]. Apéndice 5. Las 21 adulteraciones de La Feria, comparando la versión original de 1963 con la adulterada de 1971, ambas publicadas por Joaquín Mortiz: Adulteración # 1: Adulteración # 2:
Adulteración # 3: Adulteración # 4: Adulteración # 5: Adulteración # 6: Adulteración # 7: Adulteración # 8: Adulteración # 9: Adulteración # 10: Adulteración # 13: Adulteración # 14: Adulteración # 15: Adulteración # 16: Adulteración # 17:
Adulteración # 18: Adulteración # 19: Adulteración # 20:
Adulteración # 21: Apéndice 6. según su orden de aparición, y que no tienen relación alguna con el contexto de los fragmentos de La Feria. Como lo hemos demostrado en dicha ponencia, cada una de las 80 viñetas originales de Vicente Rojo tiene relación con los 288 fragmentos de La Feria que son precedidos por cada una de las viñetas originales, más la viñeta 289 que cierra la obra. . Por ello, se les solicita de la manera más atenta que, en ulteriores ediciones, de ser posible y por favor:
Arreola, J. J. La feria. Secretaría de Cultura. Gobierno del Estado de Jalisco. ISBN 978-970-624-576-2 (En pasta dura. Diseño de colección (para la serie: Letras inmortales de Jalisco): Avelino Sordo Vilchis. Asteriscos: Vicente Rojo. Composición tipográfica: Rayuela, Diseño Editorial. Cuidado de la edición: Patricia Griselda Gutiérrez Navarro. Cuidado del texto: Elizabeth Alvarado, Felipe Ponce y ASV), 145 p., 2008. 2) En una hoja antes de los Epígrafes, que por favor agreguen ustedes a las cinco viñetas que encabezaban a la portada original de 1963 antes mencionada e ilustrada al principio de este trabajo, cuyas viñetas son, de arriba hacia abajo, las siguientes: 1) La estrella, 2) Los frutos, 3) El as de copas, 4) El ojo y 5) El trébol. Apéndice 7. 1) Estimado Vicente Rojo: ¿Estabas enterado de que en la versión roja de 1971 de JM ya había habido 20 adulteraciones a tus viñetas originales: 5 cambiando su orientación y 15 reemplazando a las figuras?; 2) ¿Será posible que puedas tú ejercer influencia para restaurar a las viñetas conforme a su configuración original?; 3) Vicente: El haber incluido entre tus viñetas a esa viñeta de “La trompa uterina” (o “La cabeza del borrego negro”) muestran detalles íntimos de las pesadillas de Arreola, ¿Cuáles fueron los detalles históricos que te llevaron a incluir a dicha viñeta tan intrigante para esos fragmentos específicos relacionados con las mujeres?; 4) ¿Fuiste tú el único responsable en el diseño y en la organización de todas las viñetas en la edición original de JM de 1963 de la feria o no y si no ¿quién las ordenó?; 5) ¿Sería posible que explicaras en detalle la razón de haber elegido a cada una de las viñetas y todo el simbolismo intrínseco de cada una de ellas?; 6) ¿Existió alguna razón metafísica para que se haya elegido al número tres como el número preponderante en las viñetas de La Feria original de Arreola de 1963 ¿o fue toda una simple casualidad?; 7) Y finalmente, una pregunta abierta y compuesta de otras preguntas, en la que me gustaría preguntarte si existen algunos detalles o cosas íntimas y personales que desees revelar respecto al diseño y a los tiempos en los que elaboraste a esas viñetas, y tu opinión personal con respecto a los 20 cambios llevados a cabo en la versión roja de 1971 de JM (así como quién las podría haber cambiado y con qué motivo o propósito, y porqué ni Arreola ni tú dijeron nada al respecto; me imagino que no se fijaron del cambio, así de que entonces pudiera haber sido un detalle que se pasó por alto sin siquiera notarlo hasta hoy), y que por favor dieras también tu opinión con respecto a la totalidad de los cambios de la Editorial Planeta Mexicana en donde se han reemplazado a todas tus viñetas originales, erradicándote por completo de La Feria, con solamente siete absurdas viñetas, de las cuales al menos tres de ellas carecen de relación alguna con La Feria de Zapotlán, o aún con la región del sur de Jalisco en donde la acción se desarrolla (siendo éstas unas maracas, un cirio del norte de México y una calavera del día de muertos), en esa edición booket de dicha Editorial Planeta Mexicana; además, queda abierto si existe algo más que desees decir o revelar al respecto; mucho te agradecería el poder documentar la historia de la obra más original de Arreola en su colaboración contigo, colaboración que aparentemente está siendo erradicada en las nuevas ediciones de La Feria por esa Editorial Planeta Mexicana. Agradecimientos: Primeramente a Vicente Rojo, por dibujar las viñetas originales para La Feria de Arreola, luego a José Antonio Cortés, director de la Biblioteca Juan José Arreola de Zapotlán el Grande, por regalarme mi estándar inicial de 1966 de La Feria, a Luis Méndez Martínez, bibliotecario de la misma, y al niño, entonces de diez años, Gael Alejandro Pérez Venegas, por ayudarme a entender y a comparar, respectivamente, el sentido de las viñetas; a Luis Eduardo Meza Acosta, por permitirme cotejar mi tercera edición con la segunda que él tenía en su tienda de libros usados “La literata”; a Gilberto Moreno, por alentarme, en Zapotlán, a proseguir con estos estudios, y por motivarme, en Guadalajara, a comprar la edición original de 1963; a Orso Arreola Sánchez, a Gabriela Rodríguez y a Alonso Sánchez, por invitarme a dar una conferencia acerca de este tema en los “XI Coloquios Arreolinos” del 2018, año del Centenario del nacimiento de Juan José Arreola, y por conseguir el proyector y todos los detalles necesarios para el buen éxito de dicha presentación, respectivamente. A Sergio Fong, dueño de “La rueda”, presidente de los “Libreros de Guadalajara”, y organizador, junto con Carlos Axel Flores Valdovinos, del homenaje a Arreola en la “IX feria del libro antiguo y usado” en el que yo participara con el tema de “Arreola de Zapotlán”, al lado del estudioso Octavio Ricardo Hernández Hernández, y al mismo Fong, por conseguirme la adulterada edición roja de JM de 1971 de La Feria, así como la partitura que yo buscara desde principios del año, la de Hermilio Hernández para el “Soneto” de Juan José Arreola de 1941, cantado por Sahily Rentería en mi última participación en la “Casa de Arreola”, el que termina diciendo: “Amor, dime quien soy, ¡tú me conoces!”, entre otros hallazgos literarios únicos. A mis padres Manuel y Cristina, por creer en mis trabajos, y a mis hermanas, sobrinos y cuñado, más aquella que será mi mujer (y parafraseando a los tempranos Arreola y Pellicer): “Oh mi Dios, ¡tú la conoces! (pero Dios, ¿Acaso pudiera yo pedirte la mano de la joven MaKaMi por esposa?; a ella dedico: https://www.youtube.com/watch?v=m4tJSn0QtME y https://www.youtube.com/watch?v=kx2PgEj3B-g)”. A Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar por permitirme publicar un avance preliminar de este trabajo en su revista llamada “La Gaceta Literaria”, al lado del poeta zapotlense y ciudadano distinguido Julio César Aguilar, y por organizar la presentación oficial de mi libro “Arreolanza”. A Ricardo Sigala, por haberme sugerido publicar este trabajo, y al Doctor Juan Manuel Sánchez Ocampo, por seguirme alentando a publicarlo, y por todas las veces que tuve que actualizar este trabajo y mandárselo una y otra vez, agradezco también al Lic. Nicolás Medina García, asistente editorial de la revista Argos; a Didí Sedano, Sara Poot Herrera, Felipe Vázquez, Dante Medina, Hugo Salcedo, Cayetano Chávez Villalvazo, Pedro Mariscal, Martín Adablerto Sánchez Huerta, José Luis Zaragoza Hernández, Juan Manuel Chávez Brambila, Ramiro Solórzano, Vicente Preciado Zacarías, etc., por su apoyo moral; y también a Angela Roy, por permitirme incluir como apéndice de una revista científica (BJSTR), al breve de una hoja con las veinte alteraciones descubiertas hasta ese momento del 2019, sirviendo éstas de metáfora para las mutaciones biológicas…; y finalmente, agradezco a las dos damas de la “Librería Maya”, que fueron las que terminaron vendiéndome la edición original de La Feria de JM de 1963. Referencias: [1] Que, como dijera antes, las de mejor resolución corresponden a la edición del Gobierno de Jalisco del 2008 (ver referencia), aunque también difieren de la versión original de “La feria” de 1963. [2] La edición de ustedes que noté, en la que se han reemplazado todas las viñetas originales de Vicente Rojo con siete viñetas recurrentes y sin sentido para con su contexto es: Arreola, J. J. La feria. Editorial Planeta Mexicana S.A. de C.V., 2015:, 2018. ISBN 978-607-07-2620-0 (Diseño e ilustración de portada: Carlos Palleiro, Offset Rebosán S.A. de C.V.); 200 p. (La cual es precisamente la que se estuvo regalando al por mayor en el Centenario del Natalicio de Arreola, durante el año del 2018).
|
||||||||||||||||
Regresar | ||||||||||||||||
® | UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades Av. de los Maestros Pta. N° 3, segundo piso esquina, Mariano Bárcena. Col. La Normal, Guadalajara, Jal., México. Tel: (33) 3819-3378 argos.cucsh@gmail.com |
Criterios para publicar Cintillo legal Cosejo Editorial Directorio Números anteriores Contacto |
Convocatorias Objetivos Comité de evaluadores Declaración de Acceso Abierto Declaración de ética y malas prácticas editoriales |
|||||||||||||
Sitio elaborado por: Universidad de Guadalajara. Derechos reservados ©1997 - 2012. ® El escudo de la Universidad de Guadalajara es una marca registrada.Revista Argos. Todos los derechos reservados © 2019 Departamento de Letras y Departamento de Estudios Literarios |