Silvia Quezada
silviaquezada@latinmail.com
 

Un monólogo para seguir viviendo


Devastación es un monólogo infinitamente amoroso. Una novela que fluye y se desborda en los márgenes del libro, en un sin cesar de imágenes a las que la pérdida del ser amado orilla.

La brevedad del acto narrado se contrapone a la largura de la angustia. Es como si decir "te he perdido" se anunciara de múltiples formas, en una búsqueda intensa de saberlo expresar con la certeza requerida. El tema de la ausencia del otro es el único pivote que sostiene a la novela, texto de setenta y cinco páginas en las que la imaginación de quien escribe se despliega en variaciones semánticas.

    El recurso persistente es el de la interrogación retórica: ¿Por qué? La narradora se ve sitiada por los recuerdos de la vida casera, las aspiraciones nunca compartidas, las visiones que de la felicidad se tuvieron. La separación de los amantes se asume total desde las primeras líneas, el lector no quiere indagar los motivos, lo importante de la narración son los modos en que se fotografía el alma, las posturas del ser femenino, atestiguar el zigzag de la cima a la cima.

    El tono mesurado de la anécdota la aleja del tradicional desgarramiento, efecto tan común en las narradoras a partir de los años sesentas.

    Cada pieza de Devastación es un capítulo cerrado. Es falso que la novela progrese conforme se avanza en la lectura, cada apartado es un registro distinto de un mismo dolor. La narradora se nutre de la desolación literaria para armar el drama. Se orquesta la sinfonía convocando a Clarice Linspector, Joao Guimaraes, Anaïs Nin... quienes visitan el espacio cerrado de quien se reconstruye, para hacerla circular de nuevo en la sensación de incompletud. Al discurso literario se suma el del sueño, como una variante más del deseo por encontrar respuestas.

    El contacto con la ciudad representa para la que espera, el reinicio vital. La atmósfera del ruido, los rostros, la prisa, le recuerdan a la personaje que está viva. A las puertas urbanas les mira un letrero imperturbable:"No tengo derecho a la esperanza". Devastación es un libro en el que muchos lectores se encontrarán a sí mismos, en un canto de reconquista del territorio personal.

    Con Devastación Guadalupe Ángeles obtuvo el Premio Nacional de Novela Breve "Rosario Castellanos" versión 1999; el jurado calificó a la pieza como "una novela de carácter lírico de alta calidad literaria, cuyo ritmo y lenguaje reflejan una sólida estructura narrativa así como un conocimiento profundo de las pasiones humanas". Guadalupe Ángeles, escritora hidalguense radicada en Guadalajara, tiene en su haber los libros Souvenirs, Sobre objetos de madera y Suite de la duda.
 


Guadalupe Ángeles (gpe_angeles@hotmail.com). Devastación, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Chiapas, México,1999. 75 pp.



 
 
Argos 16/ Narrativa