Ciudad-ofidia
Inicialmente no escogí estas tierrasNi su desgracia ni su impotencia
Esta ciudad duende-burlón en que vivo
me escogió como propia regla a su derroche
Soy su espíritu leal Su chic de rabia y reflejo
Proyección en alter-ego de su necesidad vital
En esta ciudad ardiente que redime insomnio e intemperie
Se asocian para tocar el anillo del infierno
Su maravillosa ignorancia se vive sin el menor rubor
Los que se agotan jamás pisaran su cuádriga celestial
Jamás disfrutaran de su erotómo dorso cuando se calienta y evapora
Norte arriba en el mismo pezón de los grandes lagos
un sorbo de niebla ordeñado por Dios
Todos incluidos ciudadanos votantes
vamos impotencia arriba impotencia abajo
Conviviendo en pequeños submundos
Nos miramos en los trenes y un hedor colectivo azota
But the way
We love new york in any hour
Inicialmente no escogí su tiempo ni su desgracia
No importa de que tierra vengo
Escandinava groelandesa caribeña o egipcia
La pasión da el contraste
El sodoma real o imaginario
es efluvio calcinando nuestros pies
la mezcla de carne trémula que soy
muere si no recibe la dosis de veneno
que la ciudad-oficidia en culto místico me ofrece
Miriam Ventura. Es autora de los poemarios Poemas de la Noche (Editora Webber, 1985), Trópico, Acerca del Otoño (Editora Huellas, 1987), 19 claves para Fantasmas (ny, 1997). El poema forma parte del libro próximo a publicarse, Un Beat [treceSpanglish].
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