TE CONOCÍ
Te conocí
en ese silencio de lluvia
que se aloja entre tu piel
como una luna primeriza.
Y era tu noche
entre mi noche, luminosa
como el jazmín desposado de tus ojos.
Antes, mucho antes,
fueron las cerezas del alma;
o la nieve
que viajaba hacia las golondrinas
y las memorias.
Y en el azul del lecho
estabas tú, desnuda,
con el nombre de tu amado entre los muslos.
En un rojo temblor
de tardes jubilosas, de ausencias
aún sin límites,
eras como un perfume de pan tierno
recién amanecido.
Y quedé mirando
la azucena de tu risa al alejarte...